24/1/18

Hipervínculos y enlaces en "Sinfonía de Praga"



La versión extendida de Sinfonía de Praga y muy especialmente el “Prospecto” integran y acogen hipervínculos que interrelacionan y asocian unos y otros elementos de su compleja estructura, “où tout se tient”, de manera que, si bien se deja el lector, se le va llevando en volandas de unos a otros lugares de la obra.

Pero acaso uno de los elementos más significativos de la obra que hemos promovido es el continuo juego de realidad / ficción que Sinfonía de Praga integra. Y ello se hace desde múltiples vías, incorporando diversos materiales, más anónimos y mostrencos unos, más nominados o de regalengo otros, creándose un laberinto donde se engaña a los ojos o a la mente —con la verdad también se engaña, que también la verdad se inventa.

Y en ese juego de realidad / ficción tienen gran importancia los diversos elementos que se integran en la peripecia de la novela, con precisión de fecha y hora, precisando de manera explícita el lugar de los eventos que acontecen en la rúa, lo que pasa en la calle.



En esa perspectiva hay que situar los enlaces que, bien desde el interior del texto, bien a pie de página, se incorporan a la obra, que permiten al lector una incursión por otros pagos y que aportan a la historia que estamos leyendo verosimilitud y verdad.

Hemos de citar así los enlaces a diversos medios de comunicación que se pueden consultar en relación con el pleito habido en Tel Aviv sobre la herencia de Max Brod, que es más bien la herencia de Kafka.

Así se nos lleva a unos cuantos periódicos españoles que el día 20 de octubre de 2009 informan de acontecimientos que interesan a la peripecia que se narra en la novela a partir de una noticia de la Agencia EFE:




·        El Mundo [http://www.elmundo.es/elmundo/2009/10/20/cultura/1256054525.html] [19:08 horas]

Información que, como luego constatamos, ya había dado a conocer el periodista Elías Zaldívar el 18 de octubre de 2009 desde Jerusalén en el periódico Público: http://www.publico.es/culturas/261519/kafka-a-tortas-por-su-archivo-secreto [Elías Zaldívar: 18/10/2009 08:horas].

Noticia que va a reaparecer con posterioridad en diversos momentos en la prensa española, y de la que se da cuenta en la obra:

·        El País: http://elpais.com/diario/2009/11/15/domingo/1258260759_850215.html [Edición impresa de 15 de noviembre de 2009: Juan Miguel Muñoz – Joseba Elola]

·        Público: http://www.publico.es/culturas/273318/mas-sombras-sobre-el-legado-de-kafka [Eugenio García Gascón: 27/11/2009 05:00 horas]

·        Público: http://www.publico.es/culturas/327917/el–legado–de–kafka–empieza–a–ver–la–luz [Eugenio García Gascón: 15/07/2010 08:40 horas]

·        El Mundo: http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/19/cultura/1279525634.html [Sal Emergui: martes 20/07/2010 09:29 horas]

Y para aportar otras informaciones precisas y de gran valor sobre el caso, cuya solución va a permitir cerrar de manera adecuada la peripecia que se narra en la novela, pueden verse los enlaces que se hacen aparecer en la obra que nos llevan al periódico israeli Haaretz, noticias publicadas por el periodista Ofer Aderet correspondientes al 20 de mayo de 2010, 15 de mayo de 2012 y 14 de octubre de 2012:





Todo ello a mayor gloria de la obra artística que hemos creado y para goce y disfrute de los lectores, a la vez que para ir configurando la poética de la novela, el arte nuevo de hacer novelas en este tiempo.

21/1/18

Compleméntum (Manifiesto)


La obra que tienes entre las manos acoge también un Compleméntum (Manifiesto), un corpus organizado y orgánico que complementa la historia y en el que se integran todos aquellos materiales que siendo ella y de ella —la historia y de la historia, o la novela, que viene a ser lo mismo— la explican o permiten mejor o de un modo más completo y adecuado entenderla, e incluso el credo o manifiesto en el que la novela —nowwwela o nowebla— se sitúa y se sustenta, formando, pues, parte y no parte de ella.


Y la novela se convierte para ti y de este modo en la obra de arte total y única, en la novela de culto que hemos buscado. En ella encontrarás, junto con el complejo andamiaje que ha sido necesario para levantarla —al igual que sucedía con las grandes pirámides de Egipto, o, mejor aún, con las majestuosas catedrales góticas—, todo lo que siempre quisiste saber sobre el arte de novelar y nunca nadie te quiso dar a conocer, lo que sesudos críticos, sabios profesores, doctos investigadores, jóvenes universitarios e inmaculados escolares han de estudiar. De tal manera que los noveles novelistas aprendan y reflexionen sobre la poética de la novela y sobre el arte de hacer novelas en este tiempo. Se propiciará así y de este modo que yo, el autor, plenamente realizado, finalmente desaparezca, escritas ya todas las palabras.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga

Arco iris (Colores y marcos)


A lo largo de la novela, los diversos documentos que se integran en Sinfonía de Praga y que van estructurando el relato tienen la peculiaridad de formar el arco iris, aportando cada uno de ellos uno de los colores del mismo: Doc. n.º 1: Azul; Doc. n.º 2: Rojo (y negro); Doc. n.º 3: Verde; Doc. n.º 4: Naranja; Doc. n.º 5: Amarillo; Doc. n.º 6: Índigo o añil, y Doc. n.º 7: Violeta.

Evidentemente la acumulación de todo ello, de todos esos siete colores, dará el color blanco, un color invisiblemente visible, que simboliza también el luto de los dioses: siete colores, siete informaciones para obtener un arco iris hermoso, bien coloreado; siete colores que si se integran en un cuerpo único no dan nada —¿o lo dan todo?

          Por otra parte el juego de colores que se va presentando a través de los diversos documentos es complementado también por el marco que acoge y en el que se integran la mayoría de los textos: Doc. 1: Línea sencilla; Doc. 2: Doble línea; Doc. 3: Línea triple; Doc. 4: Doble línea, más gruesa la línea exterior que la interior; Doc. 5: Doble línea, más gruesa la línea interior que la exterior.


Manuscrito de Otto Schödinger (Doncel y otros: El anillo de Schödinger, Badajoz: 2007)

Se va formando así el laberinto en el que se va enredando el lector y la propia historia del relato. O, desde otra perspectiva complementaria, el hilo de Ariadna que va a permitir salir del laberinto.


Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga




18/1/18

Músicas




En "Sinfonía de Praga" se escucha mucha música —veinticinco composiciones y muchos conciertos te irán acompañando—. Incluso se propone hacer acompañar la lectura de la novela de un artefacto o procedimiento en el que se integren las diversas composiciones musicales que se escuchan, y, por ello, se hacen oír en la historia, posibilitando así la lectura de la misma mientras, sin solución de continuidad, suenan tantas músicas —si es que no se escuchan las 1120 composiciones integradas en las Obras Completas —Gesamtwerk— de Johann Sebastian Bach, que podría ser una magnífica decisión.




Aunque si tuviéramos que elegir, no estaría mal comenzar por la Ofrenda Musical a Federico II de Prusia (Musikalisches Opfer, bwv 1079) o por Brandenburgische Konzerte, bwv 1046–1051, proseguir por las cuarenta y ocho composiciones, celestiales estéticamente a la vez que matemáticamente perfectas, de preludios y de fugas en tonos mayores y menores con sus doce escalas —do mayor, do menor, do sostenido mayor, do sostenido menor, y así sucesivamente—, de afinación bien temperada, de Das Wohltemperierte Klavier, bwv 846–893, deleitarse con la Suite para orquesta n.º 3, en re mayor, bwv 1068, y concluir con una Sonata, a escoger libremente, después de haberse deleitado con Goldberg Variationen, bwv 988, y, por ejemplo, con el aria Buß und Reu de St. Matthew Passion, bwv 244, o con la composición coral Jesu bleibet meine Freude, que cierra la cantata Herz und Mund und Tat und Leben, bwv 147, y con la Tocata y fuga, en re menor para órgano (bwv 565), oída a buen volumen, o con uno de los conciertos para violín (Violinkonzerte, bwv 1041, 1042, 1052, 1056 o 1064).

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga

17/1/18

Literatura, todo es literatura




La obra que tienes ante ti se sitúa con voluntad y firmeza —¡cuán grandes estamos esta mañana!— dentro del canon literario, en una larga serie —a hombros de los gigantes que nos han precedido.

Tarea tuya y de cada uno de los buenos lectores será encontrar las múltiples referencias literarias explícitas o implícitas —son legión, son tantas— y el canon literario que la obra integra y acoge —o contra el que se constituye, más bien.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga




16/1/18

Un mundo hecho de palabras (Significados e interrelaciones, o un sistema "où tout se tient")


Son muchas las palabras y expresiones que cobran un peculiar significado y alcance en "Sinfonía de Praga" —y que a veces se reiteran, una y otra vez, y una vez más—, que un buen lector podrá buscar, examinar e intentar desentrañar.

A título de ejemplo, te animo a hacer la búsqueda y el seguimiento de algunas de ellas: principio y fin; fuese, y no hubo nada; la de los ojos azules de cuento de hadas; trenes que van hacia el este; ruido y furia; espaguetis —aunque bien pudiera ser un estruendo de platos y de copas hechos añicos, al que tendrás que seguir la pista en La noche que empezó viernes y acabó sábado—; el romance, que fue tan sublime; mesa de trucos; ni es cielo ni es azul; guardagujas; gitanilla; dos rosas blancas; al remo condenado; colapsor de forsterita; paraíso cerrado; puesto ya el pie en el estribo; un beso breve y casto en la mejilla; ¿acaso...?; atracción por los trenes; Referat N; o quien busca, encuentra.



Y ya puestos a ello, si voluntad tienes, te invito a continuar:

ü Anna zítra restaurace Čáslav —Anna, muchas Annas, acaso demasiadas Annas, que confunden y se confunden en esta historia.

ü O cómo hoy he pecado o pecar se transmuta y se transforma —sin remordimiento alguno— en hacerlo, en un gozoso, gratificante, sabrosísimo y celebratorio hacerlo.

ü O paraguas rojo —aunque puede aparecer encubierto en otras expresiones, bien temperadas, como a woman with a red umbrella, the woman with a red umbrella o hasta the woman with the red umbrela.

ü O carmen praguense de jardines abiertos de Na Ořechovce.

ü O Ay, Auschwitz, Auschwitz —sin dejar de lado el Jardín cerrado de Emilio Prados, que iluminó la visita a Auschwitz: el rincón de la sangre, donde, tan chico, crece el almoraduj y... ¡cómo huele!

ü O de la novela el decálogo, que mucho te permitirá aprender, si bien lo analizas.

ü O la poética de la novela —o su transgresión, aunque apoyándose en el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo del gran Lope en algunos casos.

ü Y también podrás buscar a John Cage, y muy especialmente su 4’33’’, que mucho ha dado de sí en esta obra.

ü O cuándo y cómo llega Lieserl a la lengua española; que a ella llega, te lo aseguro, que Lieserl es mucha Lieserl, que es capaz de eso y de mucho más.

ü O por qué hay un sí es no es entre Praga, Dublín y Moscú en la primera entrada del Diario de Lieserl (16 de junio de 1930) que habrás de descubrir.

ü O en esa misma entrada que abre el Diario tanto se trasciende —con alguna ironía incluida— que se llega hasta el rubicundo Apolo de Don Quijote de la Mancha.

ü ¿Quiénes son, por cierto, los dos poetas que aparecen mencionados en la dedicatoria de la novela y que acaso ayuden a entender por qué escribe tanto quien tanto escribe: «Yo sé que te he querido mucho, / pero no recuerdo quién eres»? ¿Y cuál es el origen de esos dos versos?

ü Aunque acaso haya que buscar también un vacío que se agranda en el corazón del narrador cuando recibe el último sms de Meme: Y recordé, una vez más, aquellos tiempos que prometían ser, ¡ay!, tan felices, y el romance, tan sublime, que había llegado, parece que definitivamente ya, a su fin; ¿o acaso...? Aunque tenía entre manos una novela, una obra de arte que concluir: ese sería mi mejor homenaje y recuerdo de ella, ese sería mi mejor tributo para hacer que lo que hubiera existido permaneciera indeleble y continuara eternamente en el tiempo.

ü Y puestos a buscar, acaso encuentres americio (Am) donde no debiera haberlo, o puede que fuera annio (An) o más bien prahio (Prh o Ph) o pragio (Prg o Pg).

ü O establecer contrastes y míticas resonancias literarias entre la familia feliz —todas las familias felices se parecen— y la familia desdichada —que lo son cada una a su manera.

ü ¿Y qué del exergo paratextual que se sitúa al inicio de la novela y que vuelve a aparecer al cierre de la misma?

ü Alguna reflexión interesante sobre la teoría de la novela encontrarás en el Diario de Lieserl (Agosto de 1930), que abre un ciclo interminable, un bucle, una caja de pandora, o puede que una novela proteica y miscelánea.

ü ¿Por qué la ninfa polaca, bella actriz, sirena varsoviana que aparece en nuestra historia —precioso cuerpo y boca y ojos y labios, preciosas sus tetitas, como dos naranjitas, precioso su culito, como un quesito, preciosa toda, como para comerla; aunque con demasiado alcohol en el cuerpo de ella y me temo que también en el mío—, va, como todas las sirenas varsovianas, esbeltamente armada, espada en alto?

ü Aunque si quieres sexo —naturalmente animal, animalmente natural—, puedes leer cómo practican sexo los leones, los perros o las ballenas, que tendrás mucho que mirar, mucha cópula placentera y gozosa que admirar. Aunque más que de la práctica del sexo —no te equivoques, que hay que distinguir entre telling y showing—, podrás aprender acerca de la esforzada lucha de cada macho por garantizar su perpetuación y transmitir sus propios genes a la posteridad. ¿Lo hacemos así los seres humanos? ¿Acaso...?

ü O si más sexo quieres, a lo mejor puedes buscar cuál sea la relación entre el Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos de Pedro Soto de Rojas y el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo del gran Lope de Vega —Quaerendo invenietis: quien busca, encuentra; a quien llama, se le abre.

ü Aunque también podrías buscar las dos peregrinaciones que hace nuestro narrador por el Museo Judío de Praga —una el 11 de julio de 2012, otra algo más de un año antes— y analizar cómo da cuenta y razón con parecidas palabras de una y otra.

ü ¿Cuál es la lógica, la razón —o la sinrazón— para que Lieserl quiera llamarse Sara, que la llamen Sara: Me llamo Sara, quiero llamarme Sara, quiero que me llamen Sara, sin más, a secas, ya que no puedo llamarme Israel?

ü ¿Entregó Lieserl su Diario a Max Brod?

ü Hay constancia de tres robos en el apartamento 1 del número 23 de la calle Spinoza de Tel Aviv, donde se guarda una buena parte de la herencia Brod. ¿Tiene, acaso, ello algo que ver con Meme? ¿O con nuestro narrador, que parece que por aquellos parajes merodeaba cuando alguno de esos robos se produjo?

ü La Carta al padre de Lieserl emula, sin duda alguna, y parafrasea la Carta al padre de Kafka. Aunque con sentimientos opuestos —yo afirmo que no te tengo miedo, escribe ella, por contraste a lo que había escrito Kafka—, ambas cartas parecen acoger propósitos similares —hacer a ambos y a sus respectivos padres más llevadero el vivir y el morir—, propósito que se expresa en el cierre de la Carta de Kafka y que aparece al inicio de la Carta de Lieserl. Y si quieres ir más lejos en el análisis entre las dos Cartas puedes intentarlo. Te invito, por ejemplo, a que analices la referencia que se hace al mapamundi en ambas y la diferente postura que toma al respecto cada uno de los dos autores.

ü O que analices y busques la lógica —que alguna ha de haber: Meme nunca da puntada sin hilo o a destiempo, nunca pierde ocasión de comunicar algo sin decir nada— para que Meme una noche de gloria pida a nuestro narrador que tras el recopilatorio de abba, ponga en la cadena de música de su casa un disco de piezas de piano de Erik Satie y que deje preparada la Sinfonía n.º 4 de Chaikovski y el Concierto para piano n.º 2 de Rachmaninov, así como Preludio a la siesta de un fauno, de Claude Debussy.

ü Juego de premoniciones. En la primera entrada del Diario de Lieserl (16 de junio de 1930) se inicia un juego de premoniciones y se anuncian destinos trágicos, con una expresa referencia a la frase que abre la novela Anna Karénina de Tolstói y al desgraciado accidente que sucede en la estación de tren cuando la protagonista de la novela llega a Moscú.

Ese juego premonitorio continúa en la anotación del 14 de julio de 1943, que recoge el sueño que ha tenido Otto Schödinger y en el que se le pronostica su propia muerte en Dresde en una fecha determinada, un año y siete meses después —con reminiscencias varias de lo sucedido al mítico Alejandro Magno.

Y el juego de premoniciones concluye finalmente en las últimas líneas de la última anotación del Diario de Lieserl en 1945: Atracción por los trenes, atracción por las ruedas de los trenes, que giran y giran sin parar en una sinfonía sin fin, malos presagios que el bueno de Otto captó enseguida cuando el tren se detuvo en Hlavní nádraží de Praga hace ya quince años, presagios que acaso le fueran dirigidos más a él que a mí —pues en Dresde él encontró lo que no buscaba cuando buscaba a su hermana melliza Ruth—: Cierre del círculo, historia que habrá tenido un principio bien conocido o ignoto, que ya casi no se puede vislumbrar, pero que desde luego tiene un fin, abrupto, que ya ha llegado.

Última anotación del Diario de Lieserl que coincide, fatalmente, con el final de la propia novela, setenta páginas después: ...de manera que, lograda su finalidad y plenamente realizada, encuentre su final, principio y fin —intentio operis— finalmente conjuntados, que ya ha llegado.

ü Y te ruego que no pienses en un elefante blanco —y menos aún en un cisne negro—; solo piensa, piensa solo en Albert Einstein.

Aunque en algún punto habrá que detener este círculo infinito, este bucle, esta caja de pandora —o puede que novela proteica y miscelánea—; en algún momento habrá que detener esta mesa de trucos, porque si no entraríamos en una mise en abîme que podría engullirnos a todos —lectores incluidos—, ya que recrearíamos toda la obra a escala 1:1 —siguiendo a «Museo. Del rigor en la Ciencia» de El hacedor de Borges—, para volver a recrear la obra toda, para nuevamente recrearla... (y así ad infinitum), si es que no nos veíamos abocados a llegar a la escala 10:1, que podría ser sumamente interesante y deleitoso.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga


15/1/18

Voluntad de estilo


 Y todo ello realizado con voluntad de estilo: lo que hemos de decir, digámoslo, pero digámoslo como hay que escribirlo y no de otra cualquier manera, como se escribe que escribió Fernán Gonzalo en La educación del Príncipe, tal cual recoge el exergo.


El texto se hace autónomo, autosuficiente. El relato cuenta historias, leyendas, hechos, aventuras, realidades o ficciones, ensoñaciones incluso, pero las cuenta a través del lenguaje, y no de cualquier lenguaje, sino de aquel con el que debe hacerlo, del que le es propio a la obra. Traicionar al lenguaje específico, apropiado, le mot juste de Flaubert, el nombre exacto de las cosas de Juan Ramón Jiménez (Que mi palabra sea / la cosa misma) —voluntad de estilo, al fin—, sería no presentar una obra conclusa, acabada, perfecta, cerrada, una obra plena y suficiente; sería traicionar el oficio, al escritor que llevamos dentro; sería menospreciar la vida que llevamos viviendo, que tenemos vivida, y hacer que la vergüenza deba sobrevivirnos, retomando la Carta al padre de Kafka o el final de El proceso.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga


14/1/18

Ficción / Historia


          A lo largo de Sinfonía de Praga son numerosísimas las ocasiones en las que se debate acerca de la relación entre ficción e historia, entre verdad y mentira, entre historia y vida, entre realidad e invención, entre arte y naturaleza.




          O se reflexiona acerca de metaficción o autoficción, engaño a los ojos o a la mente, verosimilitud o mentira que se hace pasar por verdad; y se señala que hasta con la verdad se engaña o «también la verdad se inventa» —como se recuerda, y se cita al Machado de Proverbios y cantares.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga


13/1/18

Narrador


Será legítimo que te preguntes por el narrador de la historia, de nuestra historia —ya que también es tuya, porque tú la construyes o la reconstruyes a tu manera mientras la lees y la haces tuya—: ¿Quién es el narrador —ese yo emisor que narra la historia—?

Narrador que narra desde el yo, pero que nunca nos dice ni nos permite saber su nombre —o puede que sí—, que ni siquiera nos precisa su trabajo o puesto, o su mera apariencia física, y solo nos aporta algunos datos sueltos, que ayudan a configurarlo como personaje, pero que no nos permiten llegar a identificarlo de manera fehaciente.

¿El yo narrador de la novela es simplemente una máscara tras la que esconderse? ¿O es acaso la perspectiva heterogénea de todas las cosas y sucedidos, que conoce la historia desde el final y nos va guiando, a la vez que secuencia el relato —manteniendo y dosificando la intriga y la peripecia, anticipándonos unas veces o mencionando otras elementos y sucesos que se van a integrar progresivamente en la estructura del relato, o rememorándonos otros hechos y acontecimientos ya habidos, que a veces cobran nuevo valor o diferente significado a la luz de nuevos datos—?

El narrador actúa, así, en diversas ocasiones como remembranza de la historia que ha sucedido —analepsis— o como anticipo de lo que ha de venir —prolepsis—, a la vez que secuencia hechos, dosifica acontecimientos y los valora o plantea cuestiones sobre lo sucedido o sobre el porvenir.


Y desde otra perspectiva: En la obra se menciona en más de una ocasión a Fernán Gonzalo. ¿Y quién es ese tal Fernán Gonzalo? A lo mejor si le sigues la pista a Fernán y a Gonzalo algo llegas a descubrir, aunque poco.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga


12/1/18

Decisión de contar la historia


 La historia de Sinfonía de Praga es contada desde la primera persona por un narrador que actúa asimismo como personaje del invento o artefacto. Y si son importantes y precisas las indicaciones acerca de unas y otras fechas por las que transita la peripecia, acaso una de las más importantes sea la del 13 de enero de 2010, en la que el narrador toma la decisión de contar la historia, una historia que está viviendo muy de cerca, que ha venido a sus manos sin buscarla, o que alguien, más bien, le ha hecho llegar. Merecerá la pena, según creo, analizar cuándo sucede eso, cómo y por qué.

Ay, deliciosa mañana cenital del 13 de enero de 2010 —sin necesidad de un trocito de magdalena mojado en la taza de té de tía Léonie [que algunos prefieren nombrar como tía Leoncia]—, con una extensa capa de blanca nieve cubriéndolo todo y sepultando a Praga bajo un brillante y luminoso manto blanco —los sonidos tamizados, tenues, silenciosos; la luz intensa, multiplicada y densa—, en la que nos encontramos al narrador dividido: por un lado está su cuerpo, completamente apaleado y molido; por otro su mente, que se agita, bulliciosa y escrutadora. Pero al mismo tiempo, otra parte de su mente se encuentra en otro sitio, maquinando por otros pagos de esta historia. Y, de pronto, llega un zas, sobreviene un clip: tenemos una historia, tenemos un relato... y tenemos un narrador que ha sido elegido para que la cuente ordenadamente y al por menudo.




Y no puedo por menos de llamar la atención al lector sobre la capa de nieve que recubría cualquier lugar al que se dirigiera la vista desde la ventana de la habitación a través de la que observa nuestro narrador, que escribe:

«El mundo estaba ahí, a mi lado, rodeándome: ¡Yo lo sabía bien! Podía reconocer cada pequeño recoveco, cada insignificante detalle, cada árbol joven o añoso, cada seto, cada oquedad, cada teja ennegrecida, aunque ahora todo estuviera cubierto por un cúmulo de blanca nieve: ¡Yo podía contarlo! ¡Había sido elegido para contarlo!».

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga


11/1/18

Historia



«Toda historia tiene un principio y un fin, aunque para ello es necesaria la participación de un narrador o autor y de un receptor o lector.
Así pues, para comenzar por el principio, les diré que esta historia se inició en Praga el martes 8 de septiembre de 2009, a las 18.00 horas, una tarde calurosa en la que estaba invitado a la inauguración en el Instituto Cervantes de la exposición Colores de la selva, promovida por la embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la República Checa».

Así comienza la novela —y, como bien sabes, el inicio de una obra es importante, extraordinariamente importante, y una de las decisiones de mayor trascendencia que ha de tomar su autor—. Permíteme solo que te recomiende que te quedes con las palabras principio y fin, y que escrutes en tu mente por los posibles significados y la polisemia que ambas palabras tienen en español, así como que valores todos los datos que se aportan en el inicio de la novela (¿Por qué el autor entendió que ese era o debía ser el comienzo del relato? ¿A qué tanta precisión en el día de la semana, la fecha, el lugar, la hora, la situación?); o que analices quién cuenta la historia y a quién, o desde qué punto en el tiempo se cuenta y se relata la historia, o cuál sea la perspectiva de la narración.




E inmediatamente, aunque a otro nivel del relato, el narrador prosigue su relato:
«Aunque desde otras perspectivas, como más tarde se verá si bien se lee, podría ser adecuado indicar que esta historia empezó acaso el 27 de enero de 1902 a la orilla del Danubio en algún lugar de lo que hoy es Serbia, o el 16 de junio de 1930 en Hlavní nádraží, la estación central de trenes de Praga, o puede que en 1968 en Tel Aviv; o incluso habría que señalar que la novela propiamente no habría de iniciarse hasta la epifanía sobrevenida el 13 de enero de 2010».
A partir de ahí es posible plantearte otras muchas preguntas, que un avezado lector como tú habrá de descubrir.
¿Por qué razón la historia de la novela puede iniciarse el 27 de enero de 1902 a la orilla del Danubio en algún lugar de Serbia —y que había sido anteriormente, entre otras muchas cosas, Reino de Hungría—? ¿Acaso nuestra historia ha de acoger a algún ser singular nacido a la vera de un río —aunque no sea el Nilo o el Tormes ni se trate de Amadís de Gaula—?
¿O por qué el 16 de junio de 1930 en Hlavní nádraží de Praga —un señalado día de junio en el calendario de las efemérides literarias—?
¿O en 1968 en Tel Aviv? [Aunque me temo que para intentar buscar alguna hipótesis para esta pregunta te va a tocar bucear en el Compleméntum (Manifiesto) y buscar, acaso, una madre que cuente con 36 años y un padre que la doble en edad y haya superado los 83]
¿O, por qué, finalmente, se puede precisar que la novela propiamente no habría de iniciarse hasta el 13 de enero de 2010?
Son preguntas que se dirigen al lector: Estoy bien seguro de que tú sabrás encontrar respuesta a tanto acertijo o enigma —por más que para ello te va a tocar leer despacio, con atención y cautela, y me temo que asimismo vas a tener que buscar e investigar un poco.
Y permíteme la última pregunta de esta serie: Si el autor podría haber elegido comenzar su relato desde cada uno de esos cinco momentos de la historia —o de la novela, que viene a ser lo mismo—, ¿por qué eligió el momento que eligió y no cualquiera de los otros cuatro, que, bien seguro, hubieran dado lugar a otras historias, tan distintas, a otras novelas, tan diferentes?
Del "Prospecto" de Sinfonía de Praga


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